Todas las Hermanas de la Asunción conocemos la historia de la fundación de nuestra Congregación. Todos estábamos encantados cuando leímos por primera vez el relato de la fundación en el libro de nuestros Orígenes. En este texto vamos a hablar de la misma fecha, es decir, el 30 de abril – solo en el año 2021, es decir, en nuestro hoy – viendo por qué este día es nuestra gran celebración. Marca nuestro aniversario.
De 1839 a 2021, son ciento ochenta y dos años… Durante estos ciento ochenta y dos años, se fue construyendo una hermosa historia, escrita por muchas Hermanas, de diversas nacionalidades. Sí, de varias nacionalidades, porque la Congregación ha ido creciendo, desarrollándose, haciéndose presente en muchos países, en varios continentes. A medida que las hermanas se establecieron, formaron una comunidad en un país en particular, comenzaron a formar vínculos con la gente de ese país. Los jóvenes que tenían un profundo deseo de consagrar su vida a Dios y trabajar por su Reino se acercaron a ellos y decidieron entrar en esa congregación que había alcanzado su realidad.
Asunción se convirtió así en una Congregación cada vez más internacional. Digo “cada vez más” porque desde el principio, la Congregación de las Religiosas Asunción ha sido internacional. No todas las primeras Hermanas eran francesas. Entre estas primeras, ya había una irlandesa.
Hoy, la Congregación está presente en 32 países de Europa (donde nació), en las tres Américas (Norteamérica, Centroamérica y Sudamérica), en África y Asia. Y hoy es un día de fiesta para todos. En varias partes del mundo estamos celebrando nuestro aniversario…
¿Por qué nuestra Congregación se ha extendido tanto por este mundo? Creo que fue porque Santa María Eugenia, nuestra fundadora, supo mirar hacia el futuro… Como tantas otras personas que recibieron la misión de Dios de formar una nueva Congregación, supo escuchar el Evangelio y ella también supo escuchar la realidad. Y el Espíritu Santo la guió a saber responder a las necesidades de esta realidad a través del Evangelio. Parece fácil decir esto, pero, de hecho, es el resultado de una sabiduría que viene de Dios.
La realidad es diferente en cada uno de los países donde se ubica la Congregación de las Hermanas de la Asunción. Y en cada uno de ellos también es bastante diferente al vivido por Santa María Eugenia en su país, Francia, y en su tiempo, el siglo XIX.
Pero lo que supo hacer Santa María Eugenia, guiada por la luz de Dios, fue encontrar los problemas fundamentales de la humanidad, que se manifiestan de diferentes maneras según la época y las culturas, y encontrarles una respuesta. Creo que las preguntas fundamentales, lo que todas las personas buscan en su corazón, a veces más, a veces menos, se pueden resumir en dos:
1- ¿Quién soy yo? ¿De dónde vengo y adónde voy? Cuál es el significado de mi vida?
2- ¿Cómo puedo ser feliz?
Santa María Eugenia tenía sueños para su propia vida y para la Congregación que fundó. Y estos sueños siempre fueron grandes… De hecho, Santa María Eugenia tenía una gran meta para su propia vida y para todas las Hermanas de la Asunción. Quería transformar el mundo…
Ella sabía bien que nadie puede hacer esto solo, ni es algo que pase de hoy a mañana. Es el trabajo de muchas personas y de muchas y muchas generaciones. Y viendo este mundo nuestro tan lleno de injusticias, de guerras, de violencia, creyó que todo podía ser diferente y soñó con esta transformación, para que el mundo se convirtiera en un mundo en el que las personas se sintieran hijos e hijas de Dios, hermanos entre sí. En resumen, vio el mundo, en sus propias palabras, como “un lugar de gloria para Dios”.
Creyendo que Jesús es el Hijo de Dios que se hizo hombre, enviado por el Padre para nuestra salvación y para hablarnos del Reino, soñó con trabajar por la venida de este Reino, el Reino de Dios entre nosotros. Y para ello vio dos caminos, muy próximos entre sí: evangelización y educación.
A lo largo de los tiempos, desde la fundación de nuestra Congregación, estas dos dimensiones han marcado la misión de las Religiosas de la Asunción. Misión que se desarrolla en diferentes situaciones, según la realidad en la que se encuentran las Hermanas y la cultura de las personas a las que sirven.
La mirada de Santa María Eugenia sobre la transformación social se basó en la convicción de que era necesario que las personas alcanzase desbordar lo mejor de sí misma (este es el papel de la educación) y que pudieran ser personas de fe comprometida (que es el objetivo la evangelización). Es un trabajo largo, que abarca generaciones, pero es lo que intentan hacer las Hermanas de la Asunción, diseminadas por el mundo. Es lo que estamos celebrando hoy en este 30 de abril de 2021.
¡Por eso estamos de Fiesta! En todas nuestras comunidades, diseminadas por el mundo, hoy es un día de celebración y alegría. Es por ello que queremos invitar a todos – las Hermanas de la Asunción, los diferentes grupos de Asunción Juntas, los AJJ, nuestros amigos y colaboradores y a todas las personas que, de una forma u otra, se sienten cercanas a la Asunción – invitamos a todos, dijimos, a celebrar con nosotros este aniversario.
Las normas de distanciamiento social que debemos observar debido a la pandemia nos impiden encontrarnos, pero no nos impiden pensar unos en los otros, unas en las otras y en rezar para que el dinamismo de amplios horizontes que marcó Santa María Eugenia también pueda marcarnos. Que ella interceda por todos nosotros, para que su dinamismo de trabajo por el Reino siga vivo en nuestros compromisos y en nuestra vida. Todos somos herederos y herederos del carisma de Asunción, que ella nos dejó.
¡Feliz fiesta, feliz cumpleaños a todos y a todas!
¡Viva la Asunción!
