Llegamos al Cuarto Domingo de Cuaresma, llamado “Domingo de Alegría”. Hay motivos para alegrarnos, vamos camino de la gran fiesta de la Pascua. El Sábado Santo, la Celebración recordará la Historia de la Salvación, las Lecturas Bíblicas nos ponen en sintonía con la Palabra de Dios dirigida a la humanidad. La certeza de la Resurrección anima a la comunidad a practicar la fe en Jesucristo, vivo y presente en la vida de su pueblo.

En el camino de Cuaresma, con la experiencia de la Campaña de Fraternidad 2023, somos fortalecidos y fortalecidos por el Señor que nos invita a la solidaridad con los que tienen hambre: “Dad vosotros mismos de comer”, mandato que recibimos del Maestro Jesús. Que trabajemos, sin desfallecer, en la transformación social para que la justicia supere el hambre y la miseria.

La lectura es del Libro Primero de Samuel (1Sm 16, 1b.6-7.10-13a) y trae una luz para esclarecer la historia del pueblo que recibe un envío de Dios para una misión bien definida. La acción de Dios pasa por manos humanas y tiene como objetivo completar la voluntad del Creador de todo lo que existe en el mundo. Cuando Dios da una orden, siempre da algunos consejos para llevarla a cabo bien. El texto dice: “Dios no ve como el hombre; el hombre mira las apariencias, el Señor mira el corazón”. Los criterios de Dios son diferentes a los criterios de los hombres. Porque “Dios ve el corazón”, el lugar donde palpita la Vida de Dios mismo. También dice: “Úngelo, porque es el mismo… Desde aquel día, el Espíritu del Señor vino sobre David”. Elige a personas sencillas, las consagra para trabajar por el Reino de Dios. Como decía Santa María Eugênia: “Mi mirada está puesta toda en Jesucristo y en la extensión de su Reino”.

En la liturgia de hoy, el Salmo [Salmo 22 (23)] confirma la presencia de Dios, el Pastor que cuida de su rebaño; e incluso revela que el Padre nunca abandona a sus hijos e hijas, incluso en los momentos más oscuros de la vida. Además de la promesa de felicidad, Dios garantiza un hogar con Él para siempre.

La lectura de la Carta de Pablo a la comunidad de Efeso (Ef 5, 8-14) dice que en el pasado las tinieblas se apoderaron de las personas. ¿Adónde quiere llegar el apóstol Pablo con esta declaración? Paulo hace una provocación para que la comunidad reflexione sobre su práctica diaria de fe en Jesucristo. Al mismo tiempo, revive al grupo para llevar una vida iluminada. La comunidad que se deja guiar por Jesús produce frutos de bondad, justicia y verdad. La comunidad probablemente estaba pasando por momentos difíciles, sin darse cuenta de la discrepancia entre sus miembros. El apóstol Pablo indica cómo discernir lo que agrada a Dios. Salir de las tinieblas y ser luz viviendo como hijos e hijas del Padre que nos creó y formó para hacer el bien.

En el Evangelio (Juan, 9, 1-41), Jesús ve a la comunidad que camina en tinieblas, camina como un ciego. Pero pronto se pone en acción para que no se oculten las obras de Dios. Jesús es la revelación de la Luz que se opone a las tinieblas, el Gran Sol que irradia e ilumina el mundo. Para curar la ceguera de la comunidad, Jesús toma los elementos de la naturaleza, tierra y agua; esto nos ayuda a entender que son dos cosas importantes para que haya vida. Ninguna criatura vive sin agua y sin tierra y una depende de la otra. Es la melodía de la creación dejada por el Creador.

El episodio del ciego de nacimiento genera cierto malestar entre la gente, y surge el desacuerdo, casi un juicio ligado a la desconfianza. A los que estaban con Jesús en ese momento no parecía importarles mucho lo que estaba pasando. Algunos querían saber de quién era la culpa. La sabiduría divina supera los prejuicios y dudas que surgen entre quienes no creen en la acción salvífica del Maestro. La Ley del Sábado pone duda en la mente de la gente y crea desacuerdo en la asamblea. Provoca incredulidad en el Hombre de Nazaret. Jesús no pierde de vista la comunidad de fe. El ciego, que fue expulsado de la sociedad, vuelve a la comunidad con la misión de anunciar: El que lo sanó es “Luz del mundo”, Jesucristo. La gente está preocupada; quieren descubrir al “sanador” que hizo ver al ciego. Fue un proceso de purificación que requirió la participación de más personas. El ciego tuvo que salir en busca de agua para lavarse los ojos, Jesús le indicó el lugar y lo envió como anunciador del hecho que le acontecía. Una vez curado, tuvo el coraje de testificar que fue Jesús quien lo sanó. Querían que el ciego acusara a Jesús de ser pecador, por haberlo sanado en sábado. Se mantuvo firme y no titubeó: “Me abrió los ojos”. “Solo sé que estaba ciego y ahora veo”.

Jesús es el hombre sanador. La curación del ciego de nacimiento es el sexto signo de Jesús en el Evangelio de San Juan y se produce en el contexto de la Fiesta de las Cabañas, que enfatiza la fiesta del agua y de la luz.

Estamos viviendo la CAMPAÑA DE FRATERNIDAD 2023. ¿Dónde estamos en esta Campaña? Sabemos que 33 millones de brasileños tienen grandes dificultades para lograr vivir en un país donde la codicia y la injusticia hablan más fuerte. Es hora de unirnos en defensa de los menos favorecidos de nuestro “Planeta Tierra”. Enamorémonos de Jesús de Nazaret para descubrir el secreto que alimenta nuestra fe. “¡Dales algo de comer!” (Mt 14,16).

Hermana Maria Teixeira Filho – RA