SERVIDORES DEL REINO
“Las instrucciones dadas por Jesús a los apóstoles enviados em misión les ayudara a no perder de vista la perspectiva del servicio al Reino. El éxito podría hacerles olvidar su condición de servidores y caer en la tentación de reclutar discípulos para sí mismos. O el fracaso, desanimarlos y llevarlos a abandonar la misión.”
1 Lectura: Amos 7,12-15
La primera lectura es del profeta Amós (Amos 7,12-15). Él vivió más o menos hacia el año 700 antes de Cristo. Era pastor y agricultor, y tenía una vida más o menos tranquila, cuando Dios lo llamo a una misión complicada. El Pueblo de Israel se había dividido em Reino del Norte y Reino del Sur. Era un período muy perturbado. Amós es enviado como profeta a Betel (Reino del Norte, que se había alejado de Dios) donde ejerció su ministerio, no sin dificultades. Ahí se encuentra con el sacerdote Amasias ligado al Rey, quien lo exhorta a volver a su tierra. Mas Amós le responde que él es un enviado y que va a cumplir su misión de denunciar las injusticias, y la corrupción.
2 Lectura Efesios 1,3-14 o 1,3-10
Este inicio de la carta al os Efesios (Efesios 1,3-14 o 1,3-10) , tiene el aspecto de un himno litúrgico y es una de las más ricas síntesis doctrinales paulinas. La primera parte, resalta las bendiciones que encierra el proyecto divino de Salvación em Cristo, por eso es llamado el benedictus paulino. El Papa Benedicto XVI, lo expresa así: “Cada semana, la liturgia de Vísperas presenta la oración de la iglesia el solemne himno de apertura de la Carta a los Efesios… Pertenece al género de las “berakot” o sea, las bendiciones que ya aparecen em el AT y que tendrán una ulterior difusión en la tradición judaica. Se trata, por tanto, de una constante cadena de alabanza elevada a Dios, que en la fe Cristiana es celebrado como “Padre de nuestro Señor Jesucristo” (Audiencia general. 23-XI-2005)
Evangelio: Mc. 6,7-13
El domingo anterior, nos presentó el profetismo de Jesús y, la falta de fe y rechazo de sus coterráneos. Pero Jesús no se queda lamentando o enojado con su Pueblo, sino que continua su misión.
En el texto de hoy, (Mc 6,7-13) Marcos presenta el llamado y envío a los Apóstoles em misión, los envió de dos em dos. Cumpliendo la ley judaica de ir de dos em dos. Uno puede testimoniar lo que dice y hace el otro. Esta ley existía y es retomada por Jesús, por lo tanto ellos lo entendían. Tenemos algunos ejemplos: Cuando María Magdalena les comunica a los apóstoles la Resurrección y no le creen, salen corriendo al sepulcro Pedro y Juan. En los hechos de los apóstoles, cuando quisieron expandirse, después de orar, son enviados em misión Pablo y Bernabé… Quiere decir que la comunidad adoptó esta modalidad. Sin embargo, esto es expresión de algo más: “donde dos o más estén reunidos em mi nombre, Yo estoy ahí”. Dos es símbolo de la comunidad. El llamado y envío son iniciativas de Jesús, pero pasan por la comunidad. Jesús no trabajó solo, no pretende completar solo su misión, por eso desde el inicio elige colaboradores dispuestos y les da orientaciones: son enviados de dos em dos con poder sobre los espíritus impuros”. Solo la comunidad tendrá condiciones para enfrentar la falta de fe, la impureza, y devolver a las personas la dignidad. Este es un mensaje fuerte para nosotros, que somos enviados a luchar contra el individualismo reinante, que impregna toda la sociedad, y cuanto menos pensamos ya estamos inmersos em él. Muchos cristianos ya no participan de la misa presencial, ven la TV, se han alejado de la comunidad, rezan el rosario em casa, dicen: soy buena madre o padre…Viven solo preocupados en su propio bienestar. El espíritu impuro es representante de todo lo que esclaviza e impide la vida plena de cada persona. Para los judíos lo impuro podían ser algunos alimentos, que críen que los podían tornar impuros. Para Jesús, es impuro lo que sale del corazón del hombre y no lo que entra. Los espíritus impuros están dentro del corazón del hombre, y, Jesús nos dio el poder para expulsar ese mal.
Para Jesús los alimentos son sagrados, con esto, los apóstoles, no deben temer de cometer pecado al comer alimentos em las casas y deben comer lo que les ofrecen. Jesús rompe con los preconceptos y los miedos.
Los discípulos no deben llevar nada para el camino: Un llamado a despojarnos, a vaciarnos de nosotros mismos, convidados a confiar plenamente em Dios. Él es el que capacita para la misión, nosotros debemos hacer nuestra parte, pero Él nos da la gracia y el poder de sanar el mundo. De este modo asumimos la condición de Jesucristo que se vació de sí mismo y tomo la condición de hombre para nuestra salvación.
Los apóstoles deben ser libre ante los bienes, despojados de seguridades humanas, van en misión con la confianza puesta em la providencia divina, la generosidad y hospitalidad de la gente. Enviados para anunciar que el Reino de Dios llego. En esto también está la novedad que trae Jesús, ya que los saduceos y fariseos llevaban su comida y dormían separados para no contaminarse con el Pueblo.
No lleven dos túnicas, es decir, lleven una única túnica, que es Cristo. Que lo que la gente vea, destaque en el misionero sea Cristo: que sean reconocidos por los valores y actitudes de Cristo. Ser portadores de la “alegría del Evangelio”, sanen enfermos, prediquen la conversión que lleve a un cambio de mentalidad, a un cambio de vida em la personas.
Pero si les pidió que lleven un callado: símbolo del poder de Dios. Nos recuerda a Moisés que golpeó la roca con el callado y brotó agua, también ,cuando abrió el mar Rojo y el Pueblo escapó de los Egipcios.
Llevar sandalias: símbolo de libertad. Los esclavos no tenían sandalias. Entonces, los apóstoles van como personas libres, para liberar al Pueblo. “Si no los reciben, sacudan el polvo de sus pies”: signo de que no quieren llevarse nada, solo quieren anunciar el Evangelio, y depende de ellos si no reciben. También, expresa que no deben llevarse el rechazo, palabras o gestos hirientes que reciban.
Todos somos llamados y enviados en misión, como comunidad, como iglesia. El papa Francisco nos insiste em que debemos ser una iglesia em salida, salir de nuestras comodidades, de nuestra zona de confort y tener el coraje de llegar a las periferias que necesitan anuncio de la esperanza, alegría y luz que trae Cristo. Santa María Eugenia nos dijo: Cada uno de nosotros tiene una misión en esta tierra. ¿A que misión Dios me llama y envía em este momento de mi vida? ¿Tenemos la convicción de que el don de la fe no es solo para nosotros y que debemos compartirlo? ¿Estamos enamorados de Jesús y por eso queremos que otros lo conozcan? ¿Como está nuestro entusiasmo y pasión por anunciar el Reino?
Mercedes Frogel