“EDUCAR CON SABIDURÍA Y ENSEÑAR CON AMOR”
Al acercarse la Pascua de hoy, estamos invitados a liberarnos de la esclavitud y elegir lo que nos lleva a una nueva vida. En el proyecto de Jesús no cabe la intolerancia y la condena. El silencio para escuchar, la misericordia, hablar con sabiduría y enseñar con amor es el camino indicado por el gran maestro y educador Jesús.
La primera lectura (Is 43, 16-21) es de un profeta anónimo, perteneciente a la escuela de Isaías que vivió entre los exiliados. El lugar geográfico es Babilonia del siglo VI aC. El texto recuerda la liberación de los hijos de Israel de Egipto, porque el hecho de recordar el pasado es alimento de esperanza para días mejores. Se fortalece la certeza de que Dios no está del lado de los opresores, sino del lado de los oprimidos, no tolerando la opresión y la esclavitud.
Aún hoy, existen situaciones de opresión, esclavitud e injusticia. ¿Los notas? ¿Qué haces? ¿Estás incómodo? ¿Tienes una actitud o eres indiferente?
La segunda lectura (Flp 3, 8-14) es muy conocida, incluso tiene un cántico que cantamos siempre: “Me sedujiste Señor, me dejé seducir, en lucha desigual me dominaste, Señor y tu la victoria fue tuya”. Es una carta escrita por Pablo cuando estaba en prisión. Tenía amigos que se preocupaban por él, quienes, además del dinero, también le enviaban a alguien de la comunidad llamado Epafrodito, quien cuidaba de Pablo y le hacía compañía.
En esta carta, Paulo agradece a la comunidad y hace algunas advertencias. El texto forma parte de un grave problema con “los judaizantes”, un grupo opositor, defensores de la circuncisión y la ley de Moisés. Paul advierte a la comunidad sobre estos falsos predicadores que solo quieren aparecer a través de sus títulos. Muestra que lo fundamental es vivir y conocer a Jesucristo, considerando todo lo demás como basura.
Podemos considerar que “basura” es la indiferencia ante el hambre del otro, la necesidad de presentarse, de ser señalado por los demás por el diplomado y los estudios que ha realizado. ¿De qué sirve tener títulos y no tener a Dios, que se manifiesta en el otro como centro de tu vida? Lo importante es dejarse seducir por Dios como fue seducido Pablo.
El Evangelio (Jn 8,1-11), por algunas semejanzas, quizás pertenezca a la tradición de Lucas. Según Juan, un año antes de morir, Jesús estuvo en la Fiesta de las Tiendas, y al final de la misma regresó al templo, donde enseñó. Fue en el curso de esta enseñanza que los fariseos le presentaron a la mujer sorprendida en adulterio. Según la ley de Moisés, el hombre y la mujer debían ser severamente castigados. Aquí hay un caso de derechos negados. ¿Dónde estaba el hombre que también cometió adulterio? Sin posibilidad de defensa, la mujer en el judaísmo no podía hablar en público.
Aun llamándolo maestro, para los escribas y fariseos, Jesús no representaba un maestro, sino una amenaza, porque se creían los poseedores de la verdad, a pesar de vivir una religión de fachada. En este pasaje, una vez más, Jesús es puesto a prueba.
Gracias a la misericordia del maestro, tanto el grupo de escribas y fariseos como la mujer encontraron nuevas formas de vida. El perdón es siempre el punto de partida para una nueva vida. ¿Cómo vives el perdón en tu vida?
Son parte del modo de educar de Jesús: callar, escuchar, dar la palabra, enseñar, obrar sabiamente, humanizar, escuchar, encontrar. De hecho, Jesús es un maestro, y de Él aprendemos el arte de escuchar a nuestro entorno, a las personas, al mundo; y para ello es necesario callar.
¿Aprendo esto del maestro Jesús que deja hablar al otro? ¿Cómo está mi escucha? Es desde allí que puedo hablar, enseñar, comprender los acontecimientos.
Cuando escuchamos, realmente podemos conocer gente. En las Escrituras es posible identificar los diversos encuentros de Jesús que llevaron a la resurrección, a una vida nueva: Zaqueo, María Magdalena, Pablo, Pedro, la mujer adúltera, los fariseos y publicanos y tantos otros. La pedagogía de Jesús es eficaz, pues conduce a una educación integral y liberadora, que parte de adentro hacia afuera y transforma la vida.
A las Religiosas de la Asunción también se nos pregunta qué tipo de educación queremos para el mundo de hoy. Actuamos como educadores tanto en el contexto formal, que tiene lugar en las escuelas y universidades, como en el contexto informal, que tiene lugar en la familia, la iglesia, los diversos grupos y en los más variados movimientos sociales.
Santa María Eugenia de Jesús, nuestra fundadora, nos dejó la misión de trabajar por una educación integral y transformadora de la persona y de la sociedad. Estamos llamados a construir comunidad, porque educar es un acto comunitario que genera transformación. Viviendo en comunidad, construimos una educación que brota del amor y la ternura hacia las personas desde la práctica de Jesús, y no desde leyes injustas; luchar por políticas públicas transformadoras de la realidad y por una educación con valores éticos, sociales y cristianos; fortaleciendo, así, nuestra conciencia social y solidaria.
Viendo la práctica de Jesús, comprendemos que la educación no es solo tarea de la familia, sino de un gran pueblo, donde todos están siempre “aprendiendo y enseñando una nueva lección”. El que enseñaba en las sinagogas y en el Templo, en casa, junto al lago, en los montes, en la llanura; también nos invita a aprovechar todas las ocasiones y lugares para ser agentes de transformación de la persona en su totalidad, a través de la educación. ¿Alguna vez te has dado cuenta de que tú también debes ser educador estés donde estés? ¿Eres consciente de esta gran responsabilidad?
Que nos dejemos seducir por el maestro y Señor de nuestra vida, permitiéndole ser la fuente de nuestra inspiración para hablar con sabiduría y enseñar con amor. Preparémonos así para que también nosotros resucitemos con Cristo, en la persona del hermano y de la hermana, en la Pascua que se acerca.
“Y el que habla con sabiduría es el que enseña con amor. Su vida en dominio total es para nosotros luz, camino, vigor” (CF 2022)
Hermana Maristela Correia Costa – RA
Itapuranga-Goiás Brasil