INTRODUCCIÓN:
La liturgia de este domingo nos invita a diferenciar las obras que vienen de Dios de las que se oponen al plan de su Reino.
La primera lectura nos muestra cómo el pecado causa desorden en la creación de Dios; en este diálogo, después de que el ser humano es tentado y engañado por la serpiente, pierde la protección de Dios, volviéndose vulnerable a las tentaciones.
En el Evangelio, Marcos nos presenta las preocupaciones de los familiares de Jesús por las consecuencias negativas de su misión. Aquí Jesús es obligado a demostrar que su misión es liberar los poderes del mal y revelar al Dios Verdadero.
En la segunda lectura, Pablo nos muestra que su fuerza proviene de su fe; no dejarse abatir por ninguna de las tribulaciones.
PRIMERA LECTURA (GÉNESIS 3,9-15)
Después del relato de la creación, el texto del Génesis intenta, de manera poética, explicar a la comunidad de Israel cómo el mal se instaló en el mundo.
El texto de esta liturgia nos hace pensar que, aunque Dios nos ha dado el mayor don, el “libre albedrío”, no podemos olvidar que solo Él nos hace libres. La transgresión es una consecuencia de las elecciones humanas. En él, el ser humano se pierde, se siente desnudo, desprotegido hasta el punto de huir de la presencia de Dios mismo.
La serpiente que se presenta aquí trata sobre la astucia humana, cuando nos alejamos de la voz de Dios para escuchar nuestra astucia; somos frágiles, pecamos y, avergonzados, nos alejamos de la presencia de Dios. Pero, Dios en su bondad infinita, va en busca de la persona que se ha perdido; Es su iniciativa venir al encuentro, acercarse al ser humano ahora herido por su propia astucia. Dios te invita a levantarte y luchar contra el mal “aplastando su cabeza”. ¡Dios nos invita a vencer el mal!
Vemos en este texto que Dios no nos culpa. Nos llama a luchar contra el mal; No podemos conformarnos con el pecado, al contrario, el pecado debe ser excluido de nuestras vidas en todo momento.
EVANGELIO (MC 3,20-35)
Marcos nos muestra en el Evangelio que, invariablemente, las parábolas de Jesús no fueron comprendidas por sus discípulos; su anuncio del “Reino que se acerca” nos invita al arrepentimiento ya la conversión.
En este relato de la liturgia de hoy, el evangelista completa la presentación de las personas que conocer la vida de Jesús y caminarán con él. En este sentido, Marcos en su Evangelio intenta mostrarnos quién es la verdadera familia de Jesús y quiénes son sus enemigos. La aglomeración de la multitud alrededor de la casa donde se encontraba Jesús hace que sus familiares se preocupen por los problemas que esto les pueda traer, de ahí la preocupación por su sanidad.
Ya los escribas, diciendo que Jesús estaba poseído por Beelzebub, buscan desmoralizarlo; son más duros en sus críticas, acusando a Jesús de actuar a través de demonios.
Diante destas acusações, Jesus deixa claro que não está louco, dizendo-lhes: como o demônio pode expulsar a si próprio? E conclui que, atribuir ao demônio o que é obra do Espírito Santo é o mesmo que rejeitar a graça divina e fechar-se ao perdão oferecido por Deus. Esta atitude nos faz perder a Salvação.
Entonces Marcos pregunta: ¿Quién es Jesús? Porque, para seguirlo, debemos tener claro su identidad.
SEGUNDA LECTURA (2COR 4.13-5.1)
En la carta dirigida a la comunidad de Corinto, Pablo relata su testimonio de la resurrección de Jesús y la nuestra. Esto nos da fuerza para pasar por los tiempos de tribulación, y para nosotros las tribulaciones del tiempo presente no son nada comparadas con la gloria de la vida eterna. Para Pablo, nuestra morada terrenal es solo un pasaje, es en el cielo donde tenemos un edificio, una morada eterna, no hecha por manos humanas. Esta actitud debe ser un modelo para todos los cristianos en todo momento. La fe y la confianza de que no somos de este mundo nos darán la fuerza para superar todas las dificultades y tribulaciones.
ATUALIZAÇÃO DO TEXTO:
¡Hermanos! La liturgia de hoy nos invita a ser parte de la familia de Jesús y, con esta elección, a estar preparados para una batalla contra las fuerzas del mal en esta vida.
Ante tantas situaciones en las que el Reino no está presente, ¿a qué estoy llamado a hacer?
Hoy, así como Santa María Eugenia en su tiempo fue llamada a luchar contra las fuerzas del mal, buscando la liberación de los oprimidos, nosotros también estamos llamados a luchar contra la indiferencia y la exclusión.
Como nos dice Pablo en la segunda lectura, no podemos desanimarnos, incluso cuando las fuerzas del mal parecen abrumarnos. De hecho, Jesús con su resurrección nos da la fe necesaria para no rendirnos, para no perder la esperanza.
Dios nos llama a aplastar la cabeza de la serpiente. Que no solo aplastemos, sino que aniquilemos de entre nosotros todo lo que nos deshumaniza, todo lo que nos aleja de Dios. No podemos aceptar vivir en un mundo donde muchos no tienen nada que comer, ningún lugar donde vivir; ¡Ya no podemos vivir con miles de personas que todavía viven en guetos porque no tienen adónde ir!