EL REINO DE DIOS ESTÁ CERCA DE USTEDES
Este domingo las lecturas nos invita a salir en misión en respuesta a llamada de Dios. Pues Dios siempre está llamando continuamente a las personas a ser testigos en el mundo de su plan de Salvación. Para Dios no importa si las personas son frágiles y limitadas, pues La fuerza de Dios se revela a través de la debilidad y fragilidad capacitando los elegidos y los envía.
La primera lectura de Isaías (66, 10-14), nos habla de una restauración de Jerusalén, del nacimiento de una nueva Jerusalén que será reconocida por su alegría y paz. Pero también Isaías la describe como madre generosa, que amamanta sus hijos e hijas hasta estar saciados. Una mamá que trae consuelo, paz, justicia y sobre todo amor. El texto dice: “Yo haré”, es decir que desde Jerusalén podrán experimentar la ternura de la maternidad de Dios.
La intención del profeta es dejar claro a la comunidad que Dios solo quiere y busca la felicidad de sus hijos e hijas y los anima a seguir construyendo eso que Dios ya les regalo: La alegría, el consuelo, la paz, la justicia y el amor, diciendo que la mano de Dios se manifestara en sus servidores.
La segunda lectura, es la carta de Pablo a la comunidad de Gálatas (6, 14-18) como respuesta a un problema que tocaba de cerca al apóstol. La comunidad estaba divida en quienes pensaban que para convertirse al cristianismo requería para quienes no eran judíos, cumplimiento previo de la ley y entre esto la de ser circuncidados.
Pablo con autoridad, aclara, ya que después de su conversión no conoce más que la vida cristiana que en su tiempo se enmarcaba en el judaísmo y dice que “estar circuncidado o no estarlo, no tiene ninguna importancia”. El objetivo de Jesús no fue cumplir con la Ley judía, sino cumplir la promesa de Dios a su pueblo, la promesa de traer alegría, paz, justicia, consuelo, alimento y amor. Para Pablo “lo importante es ser una nueva criatura” que tenga su centro en la cruz de Jesús. La cruz, se convierte para el cristiano en un signo que nos recuerda “todo es de Jesucristo, todo pertenece a Jesucristo, todo debe ser por Jesucristo”, que vivimos en Él y Él en nosotros. La única ley que nos lleva a una vida plena es la Cruz.
El Evangelio de Lucas (10,1-12. 17-20), me recuerda los años en el grupo misionero de la Asunción y las recomendaciones de las personas que nos guiaba en ese entonces, experiencia que sin duda cambiaron mi vida para siempre. Este tipo de misión nos desafían a vencer barreras personales, grupales y sociales, pero más allá de todo lo que podemos aprender, lo que queda en el corazón es el sentimiento de una profunda felicidad, alegría, goce, de plenitud, sensación de que Dios en el hermano llena todos los espacios de nuestra efímera existencia. Supongo que así se sentían los discípulos al volver y contarle todo lo que pudieron hacer; sin embargo, Jesús siempre sorprende y les dice que, por su servicio, deben alegrarse también porque sus nombres ya están escritos en el cielo. Aquí quiero resaltar un aspecto bonito, los discípulos son enviados por Jesús y vuelven a Él. Él es la fuente de la que nos viene todo.
Vamos a profundizar un poco más en el texto. Jesús designa setenta y dos discípulos, a los cuales le da indicaciones prácticas de cómo tiene que ser la misión. La primera “rueguen”; es la importancia de la oración, de expresar a Dios, nuestras necesidades y anhelos. “Vayan”; después la oración y de beber de la fuente, es el momento de salir, a un camino que no será fácil. “No lleven ni alforjas, ni calzados, ni dinero…” ir ligeros, sin nada más que el Mensaje que es lo único importante. “No se detengan a saludar a nadie”. Lo que está pidiendo Jesús aquí es no perder el foco, no distraerse. “Permanezcan en la misma casa comiendo y bebiendo de lo que haya”, está diciendo formen comunidad.
Cuando lleguen a un pueblo saluden diciendo “El Reino de Dios está cerca de ustedes”, está la gran noticia que llevaban los discípulos. Pero no alcanza con decirlo para que sea aceptado y aquí entra en juego “el permanezcan en esa misma casa”, porque es un permanecer dinámico, en comunidad los ya habían conocidos a Jesús y la Buena Noticia junto a los que la estaba recibiendo. Por la Buena Noticia se comunica desde la cercanía, de forma amistosa, afectuosa.
“Cuando entren a una casa primero digan: ¡Que descienda la paz sobre esta casa!”, es una forma respetuosa y amorosa de acercarse a un pueblo oprimido, que hermoso que Dios traiga paz, consuelo, justicia y amor.
Giselle Barzola _ La Rioja Argentina