El Cuarto Domingo del Tiempo de la Pascua es llamado el “Domingo del Buen Pastor”. Ese día reflexionamos sobre el capítulo 10 del Evangelio de Juan, cuando se presenta a Jesús como el Buen Pastor.
La Palabra de Dios, presentando a Jesucristo Buen Pastor, presenta también su misión de llevar y dar vida plena a las ovejas de su rebaño. Las ovejas son entonces invitadas a escuchar la voz del Pastor, a aceptar su propuesta ya seguirlo. La vida plena encuentra a los discípulos escuchando y siguiendo la voz del Pastor, Jesucristo
En la primera lectura (Hechos 13, 14.43-52), encontramos a Pablo esperando que los judíos se conviertan al cristianismo. La experiencia le muestra una realidad muy diferente y lo confronta con el desconcertante y triste misterio de la infidelidad del pueblo elegido: “Era necesario que la palabra de Dios os fuera predicada primero”, ya que sois su propio pueblo. Incluso parece, si hacemos una simple lectura del texto, que la evangelización del mundo pagano es consecuencia del endurecimiento judío, pero no es así. Deriva del carácter universal del cristianismo, que ofrece a toda la humanidad la única gracia que puede salvar, superando los límites culturales, económicos, políticos y geográficos.
Pablo y Bernabé, a pesar de la perplejidad y tristeza de la falta de adherencia a la palabra de Dios, no desisten por ello, al contrario, la situación se convierte en una invitación, un impulso a ser luz de las naciones, a llevar salvación hasta el último rincón de la tierra.
Todos los comienzos, los nuevos pasos presentan sus dificultades, perplejidades y penas. En estas situaciones, tener claridad sobre la palabra de Dios y la misión que Él nos encomienda nos ayuda a no perder de vista el horizonte. Para ello, Pablo y Bernabé tuvieron que aceptar primero la palabra de Dios y luego descubrir su misión. Esta es una tarea de todos los que queremos seguir a Jesús.
El Salmo 100 es un canto de aclamación e invitación de gozo y acción de gracias que se utiliza cuando la comunidad entra al templo. El salmo, a diferencia de la primera lectura, refleja un pueblo que entra gozoso en los atrios del Señor, dando gracias por su misericordia y fidelidad, alabando y bendiciendo su nombre. También anticipa una imagen usada en el evangelio de ser una oveja perteneciente a un rebaño.
En la Segunda Lectura (Apocalipsis 7,9.14b-17), la visión de Juan pretende dar a conocer la nueva idea de Dios que Jesús nos revela: su Padre es Dios Padre de todos los hombres.
Juan en su visión nos muestra y confirma lo que nos anuncian las bienaventuranzas: “Bienaventurados los afligidos, los perseguidos, los enfermos, los que tienen hambre y sed, los limpios de corazón, los que trabajan por la paz, los pobres”; son todas estas personas las que tienen la alegría de estar ante Jesús, el Cordero, que les da su protección para siempre.
La lectura nos muestra primero a Jesús como el Cordero, que se inmoló y por quien fuimos salvados. La segunda imagen es la de Jesús Pastor, que encabeza la “gran muchedumbre” formada por hombres y mujeres de todas las culturas y fronteras. La palabra de Dios es para todos y por eso penetra en la cultura y se refleja en la historia.
Este domingo en muchos países ha sido elegido para la celebración de la “Jornada Mundial de Oración por las Vocaciones”, que está muy bien. Recordemos que todos tenemos vocación y todos somos importantes, la vida sacerdotal, religiosa y laical. Todas las personas (“vocaciones”) estamos llamadas a ser “pastores” de los demás, todos debemos ser luz de las naciones en el lugar donde Dios nos ha puesto.
El Evangelio de hoy (Juan 10, 27-30) nos muestra la imagen más tierna de Jesús, el Pastor. El texto también nos revela cómo es el vínculo entre el pastor y sus ovejas: “Mis ovejas oyen mi voz, yo las conozco y ellas me siguen” Entre Jesús y sus discípulos hay un diálogo basado en el conocimiento mutuo y la confianza.
En la segunda parte del texto encontramos a un Jesús que habla con ímpetu y pasión; “Mi Padre me las ha dado… y nadie puede tomar nada de las manos de mi Padre”. Sus palabras conmueven y emocionan. Me enamoro descubriendo a Jesús que se deja llevar por el amor que siente por nosotros. El ímpetu de Jesús quiere también demostrar la verdad de sus palabras, frente a los conflictos suscitados con los líderes del pueblo judío.
Para concluir, acompañemos con la oración a todas las personas que buscan una vocación desde la que quieran seguir a Jesús.
Giselle Barzola Laica de Asunción – La Rioja Argentina