Viví la pandemia como un largo Adviento
Viví la pandemia como un largo Adviento…
Fue un tiempo de gracia… recuperar el tiempo, aprovechar el tiempo…
Con tanto correr perdemos la vida, repetimos y escuchamos decir “no tenemos tiempo”
Qué bueno es parar – forzado o querido – mirar, escuchar, saborear, gustar, es esto vivir en definitiva.
La vida puja por brotar en la naturaleza, en el alma, en los otros y no le hacemos caso, perdemos la vida, perdemos el tiempo y cuando acordamos ya llegamos tarde.
¡Qué bueno es parar ! leer el mensaje de las pequeñas cosas, de lo rutinario, de lo que nos rodea, en lo que acontece, los gritos ajenos, los gritos extraños y los gritos nuevos.
Aprender a vivir, a vivir adentro, de lo que perdura y merece la pena, hay tantos valores que se nos escapan…
Sentir el llamado, sentir los llamados y, la vida cambia, merece la pena; la vida es eterna, la vida no muere.
La vida es encuentro y descubrimiento, es Dios que se encarna, que se manifiesta, el que nos susurra y nos habla a través de todo.
EL ADVIENTO INVITA A PARAR Y VIVIR DE ADENTRO.
Maricarmen Paruas. R.A Provincia Atlántico Sur